sábado, 23 de marzo de 2013

Análisis de Perú nada objetiva desde un corazón celeste y rojiblanco


¡Qué grande mi Perú! ¡Qué grande mi selección! ¡Te amo Perú querido de mi alma!
Déjame decirte, desde tan lejos, con esta distancia cruel que nos separa que esta noche gocé con tu triunfo sobre la selección chilena. Me emocioné, me enloquecí con el gol de Farfán y ahogué el grito del gol en la garganta porque aquí ya son la 1:15am y mi hijo estaba durmiendo junto a mi esposa embarazada.
Que bien que jugaron hoy. El segundo tiempo claro, porque el primero fue para el olvido. Chile nos ganó el terreno de juego y la posesión de la pelota. Un amigo peruano me decía que el partido estaba aburrido y uno chileno me indicaba que sólo faltaba el gol, el de ellos por supuesto. 
Pero yo siempre creí en ti y mantenía que hoy Claudio hacía un doblete que nunca llegó. Igual como siempre capitán, mis respetos para ti. Muchos no te quieren cerca, pero yo reconozco tu juego siempre sacrificado en bien del equipo y menos vistoso para tu imagen personal.
Lástima la lesión de Ramos y la amarilla de Lobatón. No venían bien, hoy, pero, no por eso se deben amilanar. Son puntales en el equipo. Especialmente "el Loba" que espero superes esa lesión en el hombro que no te deja aparecer en tu máximo esplendor.
Por otro lado que manera de producir laterales derechos de nivel. Revoredo, Advíncula, Guizazola y ahora Herrera. Todos jugamos siempre excelente. Sigan así. 
Los centrales, faltó Zambrano yo sé. Pero me enorgullezco del mudo Rodríguez y el chasqui Álvarez, una defensa rimense, celeste y bajopontina. ¡Que lo parió!, y disculpen la expresión rioplatense, pero ¡qué defensa señor!
Mención aparte Yoshi. Te faltó marcar más, pero lo tuyo siempre es la proyección. No hay nadie mejor que tú en esa banda. Y eres celeste, lo mejor de todo. Para redondear, metiste huevos, recuperaste y metiste una asistencia. Un genio.
La volante pasó por agua caliente el primer tiempo, pero en el segundo manejaron los hilos. Cachito mejoró. Se ve que te queda mejor salir de atrás. Eres más volante central que por los costados. Ese atrevimiento tuyo y haber sacado de quicio a Alexis Sánchez pagó la entrada. Rinaldo, que bien lo tuyo. Siempre discreto pero en función del equipo. No deslumbras, pero tus pases siempre son al pie. El mejor de esa línea hasta que entró Mariño. Burrito, de burro no tienes nada. Así te quiero siempre. marcando, tirándote al piso y creando. Jugando en función de equipo. 
Farfán, no sólo marcó el gol, fue el mejor del equipo. Sin duda estás por encima y razón tenía Barreiro cuando decía me dijo que eras el Maradona peruano. Hurtado reemplazó bien a Vargas, pero hasta ahí. Le falta creer más en él y madurar un poco más. Pero bien muchacho, manejaste bien la presión. Eso sí, en adelante te quiero más atrevido aún. Y Yordy, hoy no hubo magia, pero algún truco hiciste y me gustó. No te pesó la camiseta y se te ve con futuro.
Lo importante es que se ganó. En el global no jugamos bien, pero ganamos metiendo huevos. Hoy por hoy no somos favoritos y lo de arriba es la emoción de un partido ganado a huevos. En este momento no estamos para clasificar, pero los quiero ver así. Porque el fútbol es eso; se puede ganar, perder o empatar; pero las ganas de ganar nunca deben caer. ¡Arriba Perú Carajo!.... y a seguir metiendo huevos.

sábado, 16 de marzo de 2013

Dejar a Cristina Cayada

Recientemente se sucedieron dos hechos que se me lograron entreverar en la mente y me produjeron una frase que resultaría media extraña: Dejar a Cristina "cayada". En primera instancia, y saltando groseramente a la vista, podría reclamarse una falta ortográfica no perdonable para un escritor que se jacte de serlo.

Pues bien todo nace, como dije antes, de dos hecho. El primero, además de serlo cronológicamente, es el que tiene mucha más importancia.

Involucra a la presidenta argentina, Cristina Fernández, con su ya célebre intervención azucarada. Para los que no se enteraron aún, este personaje con déficit de soberbia y abundancia de ego, determinó con imponente audacia que la diabetes debía ser propia y exclusiva de las personas ricas, gordas y sedentarias.

Escándalo iniciado y con las críticas a flor de piel en las comunidades afines y no; explotó en las redes sociales un sinfín de comentarios que, en su mayoría, destacaban la ignorancia de esta mujer, mandataria de un país. 

Al poco tiempo, se sucedió que del mismo país, se elegía al Papa Francisco I. Hecho también más que conocido. Pues bien, ¿cómo es que estos dos hecho se relacionan y forman la mencionada frase?

Colgué en la página de Sin Paradero en Facebook (https://www.facebook.com/SinParadero) una seudo-declaración de un joven diabético, deportista y de clase económica media-baja, que criticaba con gran altura  las penosas declaraciones de la presidenta argentina.

Recibí varios comentarios. Entre ellos, el de una jovencita que me decía: "que bueno que la lograran cayar". Como ustedes al principio pensé en una horrible falta ortográfica. Sin embargo quedé meditando. Debía haber una mejor interpretación que una tan facilista que caiga en el hecho simplista de la equivocación.

Y la encontré. El Papa usa un cayado. Que no es más que el bastón que utiliza. Según la RAE, cayado, es un palo o bastón corvo por la parte superior, especialmente el de los pastores para prender y retener a las reses. 

Lo que debió querer indicar la muchachita del comentario fue quizás, que el joven diabético le dio unos bastonazos virtuales a la presidenta con su declaración. ¡Pero que genialidad! Me quedé sorprendido y anonadado con el virtuosismo y la vastedad de nuestro idioma. Y por cierto... mal no le vendrían unos "cayados" a Cristinita.