martes, 31 de julio de 2007

Por la voluntad general de los pueblos

Hace poco fueron las fiestas patrias del Perú. Recordaba como en épocas en que radicaba en mi país las celebraba en la playa. Días y noches de temperatura apropiada para divertirse al compás de las olas de mar. Este año fue diferente. Lejos de mi añorada Piura y el hermoso balneario de Colán me encuentro ahora. Con una playa diferente (un río nos rodea) muy cerca a nosotros de la cual no se puede disfrutar para celebrar las fiestas de mi querido Perú.
Primero me vería super extraño si es que me pongo a celebrar una fiesta de un país en un territorio en donde no se celebra nada ni de por casuialidad. ¿Me imaginan?, la única persona con una bandera rojiblanca en plenas playas de Montevideo. O me encierran en el manicomian o me extraditan por provocar conflictos diplomáticos.
Segundo; se vería, no extraño, sino estúpido estar en una playa con temperatura de menos tres grados centígrados. No darían ganas de celebrar tiritando de frío. Lo que si es seguro, más bien, es que acabaría con una neumonía que me llevaría con todo y festejos a la morgue. Por eso, mejor dejar los festejos para el calor de hogar o para un centro de conjunción peruana.
Como no encontré lo segudno festejamos en casa acompañados de un delicioso pisco peruano. Un Pisco Sour, con limón verde extralarge uruguayo. No es lo mismo, pero algo allí salió. Igual pasó con el cebiche, que sin la misma cebolla, ají y limón salió a lo limeño. Digo, si uno es del norte o lo probó ín situ, notará la diferencia.
En todo caso las fiestas patrias desde fuera de casa no son lo mismo. Peró al tener lejos a nuestros amigos y nuestra familia, las fiestas patrias, se sienten mejor que como sí estuviésemos en casa. ¡Feliz día Perú!

1 comentario:

Anónimo dijo...

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- Murk