Un Blog Polar

Ayer fue el día más frío del año aquí en tierras charrúas (término heredado de otrora tribu que fue completamente exterminada cuando habitaba estos lares, un poco impropio lo sé). Pero el frío que cala los huesos me lleva a escribir y un poco antes a pensar.

Pensar, ¿se puede pensar con el frío invernal sacudiéndote las extremidades? Bueno, parece que sí. Aunque hay otras funciones de tu cuerpo que desaparecen o se reducen, al menos. Una de las consecuencias más notorias en estos días helados son las anímicas. Sobre esto hablaremos en este "blog polar".

No hace falta caminar mucho por las calles de Montevideo para darse cuenta de que sólo se puede ver lo ojos de algunas personas. Cubiertas de bufandas, gorritos, guantes, abrigo, cortavientos, cubretodos (que para el caso es lo mismo), entre otros implementos invernales; caminan lentas, temblorosas y displicentes.

En esos ojos se refleja una sóla cosa, el deseo de llegar a casa lo más rápido que se pueda y una vez en la dulce morada encender la calefacción (hay en gustos, colores y precios). Pero esa dulzura que debería tener la morada se encuentra congelada. Al igual que nuestros ánimos, la falta de calor humano, baja las temperaturas del calor del hogar.

La gente por estos fríos lares se encuentra ensimismada, cabizabaja, triste o melancólica. Incluso me atrevería a decir 'parapetipusa', como alguna vez mencionó un cómico peruano. Este frío congela los huesos y los sentimientos, la gente ya no le importa besar a su pareja (al menos no en la calle) porque eso implica intercambio de fluídos que no se encuentran temperados. El mal humor entonces reina en la sociedad y las decisiones se toman impulsivamente. Decisiones que cuando llegue la primavera nos daremos cuenta que existen algunas erradas. Algunas otras, incluso, ya no tendrán solución.

Así es la vida, más alegre en verano y más caótica en invierno. Nos volvemos torpes, parecemos desahuciados. Sólo un chocolate puede ablandarnos (y calentarnos de paso) pero da pereza ir a comprarlo. ¿Un chocolate caliente? En buena hora... espera, ¿no engorda?

Sí, otro tema del invierno, la gente come más y se siente peor. Vemos como nuestra figura va cambiando (época de transformers), aunque a diferencia de estos personajes de ficción se nos hace más difícil volver a nuestra forma (o figura) original. Esto también nos perturba y a la larga nos molesta. Especialmente en noviembre nos molestará más (cuando tengamos que asistir religiosamente al gimnasio).

Por otro lado positivo en invierno las modas se imponen. Sí claro, pero, ¿cómo se ponen?. Otra preocupación más a nuestro ya semi-crionizado cerebro. A pesar de que no lo estamos (en forma), debemos vernos mejor (al menos vestidos). Eso del lado del que ofrece. Porque cuando compras (en la disco) al desatar el paquete (en casa) no se permite devolución. Dejen de lado el lado positivo del inicio del párrafo.

Ahora tengo las manos congeladas y la verdad no tengo más ganas de escribir por hoy. Espero que sus ánimos cambien. Eso agradará a quién esté a su costado y se generará calor. Un poquito, pero en época de sequías pides al menos gotas. Suerte y que el calor los acompañe.