Bueno llegó el fin de semana y llegó, con él, la época de festejos. Este semana por casa tenemos mucho por celebrar. Comenzamos con el aniversario de bodas de una pareja de amigos. No sé si será un buen motivo para brindar. Lo digo porque algunos comparan el matrimonio con el suicidio. De ahí proviene el término 'matricidio'. Pero como en Perú siempre tenemos un pretexto para beber (no chupar, suena gay) hoy brindaremos por ellos y por otros motivos más.
Dicen que el alcohol sana las heridas. Será el medicinal porque mis úlceras empeoran con cada vaso que va hacia adentro. Lo que si es seguro es que el licor hace olvidar las penas. Al menos momentáneamente. Y que mejor pretexto para mi pareja de amigos que beber un poco para olvidar algunos años de suicidio constante.
Se dice que también que cuando uno bebe mucho alcohol suele perder los estribos. Que suele hacer cosas que siempre quiso realizar pero que nunca tuvo el valor para ponerlo en marcha. "Dale, dale, sigamos tomando". En una de esas y sin darse cuenta terminan (la pareja) en ciertas posiciones que nunca habían explorado. Muy buena excusa para beber. Premisa para ellos será hoy: intentar eliminar la rutina sexual de la vida de casados.
Otro de los efectos de la bebida es la pérdida de conciencia. Uno realiza cosas de la que luego no recuerda. De esto es típico darse centa cuando uno se despierta sin saber como llegó a casa. O cuando siente dolores sin saber como se adquirieron. Incluso, en algunos países, el hecho de estar bajo los dominios de Baco, dispensa algunos hechos criminales.
De este último concepto se podría deribar algún hecho 'involuntario' nocturno en donde alguno de los miembros de la pareja en mención puedan amanecer cambiados. Ella podría ver la mañana llena de hematomas y hemorragias internas; y él podría levantarse sin el miembro viril pegado a su cuerpo (ya se tienen precedentes). El alcohol da excusas a veces para cometer locuras y en época de aniversario matrimonial mejor cuidarse, las venganzas están a la orden del día.
Por cierto me olvidaba. Feliz día para mi pareja de amigos, un salud de mi parte, que sean felices, que coman perdices y no lo tomen personal.
Dicen que el alcohol sana las heridas. Será el medicinal porque mis úlceras empeoran con cada vaso que va hacia adentro. Lo que si es seguro es que el licor hace olvidar las penas. Al menos momentáneamente. Y que mejor pretexto para mi pareja de amigos que beber un poco para olvidar algunos años de suicidio constante.
Se dice que también que cuando uno bebe mucho alcohol suele perder los estribos. Que suele hacer cosas que siempre quiso realizar pero que nunca tuvo el valor para ponerlo en marcha. "Dale, dale, sigamos tomando". En una de esas y sin darse cuenta terminan (la pareja) en ciertas posiciones que nunca habían explorado. Muy buena excusa para beber. Premisa para ellos será hoy: intentar eliminar la rutina sexual de la vida de casados.
Otro de los efectos de la bebida es la pérdida de conciencia. Uno realiza cosas de la que luego no recuerda. De esto es típico darse centa cuando uno se despierta sin saber como llegó a casa. O cuando siente dolores sin saber como se adquirieron. Incluso, en algunos países, el hecho de estar bajo los dominios de Baco, dispensa algunos hechos criminales.
De este último concepto se podría deribar algún hecho 'involuntario' nocturno en donde alguno de los miembros de la pareja en mención puedan amanecer cambiados. Ella podría ver la mañana llena de hematomas y hemorragias internas; y él podría levantarse sin el miembro viril pegado a su cuerpo (ya se tienen precedentes). El alcohol da excusas a veces para cometer locuras y en época de aniversario matrimonial mejor cuidarse, las venganzas están a la orden del día.
Por cierto me olvidaba. Feliz día para mi pareja de amigos, un salud de mi parte, que sean felices, que coman perdices y no lo tomen personal.
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