martes, 17 de julio de 2007

Una casa sin calor de hogar

Hoy escribiré un caso muy contrario al mío que logré conocer aquí. ¿Se puede estar en tu país sin sentirte como en casa? Al parecer sí puede. Pero antes de empezar, dicúlpame amiga, "no es que sea mi trabajo es que es mi idioma". Creo haber escuchado esto antes, en fin.
Esta chica de poco más de dos décadas de existencia, vivió desde los dos años en otro país que no es donde nació. Nació aquí en Montevideo. De padre Uruguayo y madre peruana, tuvo que sufrir la separación de los mismos. Viajó con su mamá a un país de costumbres y ritmo de vida muy diferentes al de Uruguay. En realidad casi ni conoció su lugar natal.
En este nuevo paradero sudamericano, cambió de vida al separarse de la figura paterna, de moneda, de casa, de familia y hasta de océano. Cambió a su padre por su abuelo, el peso por el sol, Montevideo por Lima, intercambio abuelos y hasta al atlántico por el pacífico. Esta chica pasó su niñez, adolescencia y principios de su juventud en calles virreynales y con un ritmo de vida muy acelerado. De pronto y sin previo aviso le voltearon los planes de cabeza. Los amigos que hizo tuvo que dejarlos y viajar sóla hacia un nuevo rumbo.
En Montevideo le esperaba su padre que solía visitarla en navidad. Le esperaban calles nuevas por conocer, un figura de Artigas que no sabía que existía y una ciudad que puede dormir tranquila de noche.
El vacío también fue a recibirla. En sólo unashoras cambió el llanto y bullicio de las depedida por la pasividad de la bienvenida. No conocía a nadie, nadie podía recibirla, sólo su padre quela amaba tanto.
Quedaba adaptarse a nuevas costumbres, nuevos amigos, nuevas ideologías, una nueva cultura. Así lo entendió ella, y aunque sabe que estas son sus raíces tiene que comenzar a aprender. Aunque sabe que es su casa debe sentirse visitante. Extrañar a sus amigos que dejó atrás e irse de vacaciones al lugar donde creció.
Difícil para ella, claro. Paa cualquiera en realidad. Un paso difícil pero una experiencia más la vida de aquellos que se alejan de casa. En este caso, el de ella, se acercó a casa pero no le gustó, pues no se sintió como en ella. Saludos a los amigos que se encuentran lejos, nunca los olvidamos.

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