Cuando era pequeño fui criado en una sociedad machista en donde las niñas jugaban con muñecas y los niños no lloraban. Crecí al lado del Chavo del 8 que siempre afirmó que los hombres no lloran, aunque él se consideró siempre como un machito chillón. También me enseñaron que el fútbol es para hombres y que las mujeres se debían dedicar al vóley y en el peor de los casos a los quehaceres del hogar.
Sin embargo hoy hay muchas mujeres que juegan 10 veces mejor que muchos de mis panzones compañeros de trabajo. Existen campeonatos de fútbol a nivel de selecciones y clubes infestados de féminas. Jueces de fútbol que luego de arbitrar un partido se arreglan como mi madre delicadamente su rostro para resaltar su belleza. Hay jugadores que se muestran firmes tanto en la cancha como en una sesión fotográfica con poca ropa. Y en ninguno de los casos las he visto llorar en público, porque cambiaron de equipo, dejaron su actividad futbolística o perdieron una copa.
Sin embargo he visto varios jugadores que lloran como unas Magdalenas debido a las mismas razones.
Esta tarde veía un partido de mi equipo, el Sporting Cristal, frente a Cienciano del Cuzco por el campeonato doméstico de Perú. Al final del partido los periodistas entrevistaron al autor del segundo gol. Un uruguayo que había ingresado en el segundo tiempo llamado Enzo Scorza.
Todo venía bien. Masticaba mi bronca por haber visto perder a mi equipo y de paso perderme el Brasil - Inglaterra en la Globo por estar trabajando. Hasta que una gota derramó el vaso. Se le preguntó por el gol y el tipo y casi estalla en llanto. Su voz se quebró cuando al parecer se le hizo notar que se despedía del equipo al que había llegado menos seis meses atrás, con gol. El cuarto en todos estos meses.
Eso me hizo recordar a todos los que había visto llorando últimamente. Hago el recuento. David Beckham al retirarse del fútbol, un llanto Spy. Neymar al fichar por el Barcelona y despedirse del Santos, lloró doblemente en la cancha y en la conferencia de prensa. Radamel Falcao al dejar al Atlético Madrid y fichar por el Mónaco, este no sé por qué llora con todo lo que han pagado por él. Christiano Ronaldo al ser eliminado de la Champions y no poder superar nuevamente a Lionel Messi. Riquelme cuando se retiró de Boca. El Chorrillano Palacios por el mismo motivo pero en innumerables ocasiones. El Püma Carranza no sé por qué motivo. Lewandoski al perder la Champions contra Bayern. Abidal al dejar al Barcelona. Entre tantos otros que han dejado más lágrimas frente a las cámaras que las mediáticas argentinas.
Bambi lloraba menos en la película que esta sarta de futbolistas llorones. ¿Es un Show o es que ahora son más sensibles?
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