Dentro de las grandes contradicciones que tiene la vida hay una que no me afecta en estos momentos. Aquella en la que uno dice: "¿a quién alentar?". Y es que viene a mi mente aquellas contradicciones ajenas que alguna vez escuché. Aquellas que no dejaban decidir entre si alentar al país que te abre las puertas para tu próspero progreso o alentar al país donde naciste.
Y me encuentro aquí entre una certidumbre, entre el estadio y mi país. Es que como cambiar al suelo patrio donde nací cuando viene, este, hacia mí.
Hoy se juega una nueva edición de los partidos eliminatorios entre Uruguay y Perú. La celeste y lablanquiroja enfréntandose una vez más. Aunque para mí este partido tiene un matiz especial. Yo.
Me encuentro en tierras orientales con el fervor por los cielos y la ansiedad a flor de piel. Por primera vez ingresaré al Centenario (repleto hasta el borde de historia porque no irán muchos uruguayos decepcionados por el resultado del partido anterior ante Venezuela) para alentar a mi selección.
Y no es que tenga algo contra Forlán, el cebolla, Blanco, Suárez o Carini. Pero no puedo dejar de pensar en como se lesionaran.
Porque ambos equipos llegan con ganas, con esperanzas mutiladas y con últimatums en negrita y subrayados. Sólo una logrará salir adelante. Sólo uno podrá seguir el camino de la esperanza hacia Sudáfrica 2010.
Hoy iré a alentar a mi selección: Perú. Y gritaré por ella en medio de miles de almas uruguayas. Orgulloso por mi país y respetuoso por las del oponente. Porque sino quisiera a Uruguay le mintiera y les desearía suerte. Pero en esta ocasión sólo me queda decir que gane el mejor.
Y me encuentro aquí entre una certidumbre, entre el estadio y mi país. Es que como cambiar al suelo patrio donde nací cuando viene, este, hacia mí.
Hoy se juega una nueva edición de los partidos eliminatorios entre Uruguay y Perú. La celeste y lablanquiroja enfréntandose una vez más. Aunque para mí este partido tiene un matiz especial. Yo.
Me encuentro en tierras orientales con el fervor por los cielos y la ansiedad a flor de piel. Por primera vez ingresaré al Centenario (repleto hasta el borde de historia porque no irán muchos uruguayos decepcionados por el resultado del partido anterior ante Venezuela) para alentar a mi selección.
Y no es que tenga algo contra Forlán, el cebolla, Blanco, Suárez o Carini. Pero no puedo dejar de pensar en como se lesionaran.
Porque ambos equipos llegan con ganas, con esperanzas mutiladas y con últimatums en negrita y subrayados. Sólo una logrará salir adelante. Sólo uno podrá seguir el camino de la esperanza hacia Sudáfrica 2010.
Hoy iré a alentar a mi selección: Perú. Y gritaré por ella en medio de miles de almas uruguayas. Orgulloso por mi país y respetuoso por las del oponente. Porque sino quisiera a Uruguay le mintiera y les desearía suerte. Pero en esta ocasión sólo me queda decir que gane el mejor.
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