Cuando uno tiene gana de escribir y la musa llega a uno no queda otro que hablar sobre quien tenemos más cerca. Y no me refiero sólo físicamente sino debería terminar hablando del gordo barbón y pelado que está sentado al lado izquierdo de donde me encuentro sentado en el cyber en donde escribo este blog.
Luego de esta corta descripción geográfica con fines de fijar un entorno definido debo decir que a quien me refería texto arriba es de la musa. Hablemos de ella pues será la única responsable de lo que se pueda divariar hoy.
Hace unos días, ya que toqué este tema, conversaba con un amiga sobre el arte. Dicho sea de paso explicava que el arte no se realiza sino se comete. Porque de una u otra forma los artista somos los culpables de la transformación del planeta, la vida contidiana y la proliferación de locura extrema.
Gracias a los parabienes que el ente máximo creador posó sobre la ya conocida, y además súper manoseada, Musa ella nos inspira y se vuelve cómplice de nuestros impulso creativos-criminalísticos. Debemos agregar que cuando ellas nos posee y se introduce en nuestros genes creadores ocurre un proceso que los científicos aún no lo gran descifrar.
Parte de nuestro ser sale de nosotros y sólo queda en nuestro cuerpo esa alma artística dispuesta a dejar todo de sí en proceso creativo. Luego ingresa en nosotros nuestro entorno, nuestra experiencia y el 'background' de conocimientos para complementarse.
Hoy por hoy soy presa la de Musa y he cometido escritura. Que mis lectores me acusen y la ley me protega.
Luego de esta corta descripción geográfica con fines de fijar un entorno definido debo decir que a quien me refería texto arriba es de la musa. Hablemos de ella pues será la única responsable de lo que se pueda divariar hoy.
Hace unos días, ya que toqué este tema, conversaba con un amiga sobre el arte. Dicho sea de paso explicava que el arte no se realiza sino se comete. Porque de una u otra forma los artista somos los culpables de la transformación del planeta, la vida contidiana y la proliferación de locura extrema.
Gracias a los parabienes que el ente máximo creador posó sobre la ya conocida, y además súper manoseada, Musa ella nos inspira y se vuelve cómplice de nuestros impulso creativos-criminalísticos. Debemos agregar que cuando ellas nos posee y se introduce en nuestros genes creadores ocurre un proceso que los científicos aún no lo gran descifrar.
Parte de nuestro ser sale de nosotros y sólo queda en nuestro cuerpo esa alma artística dispuesta a dejar todo de sí en proceso creativo. Luego ingresa en nosotros nuestro entorno, nuestra experiencia y el 'background' de conocimientos para complementarse.
Hoy por hoy soy presa la de Musa y he cometido escritura. Que mis lectores me acusen y la ley me protega.
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