jueves, 9 de agosto de 2007

Un viaje con destino incierto

Hoy hice un recorrido por una gran cantidad de cementerios montevideanos. En pocas palabras regresé a casa oliendo a muerto. Literalmente. Porque después de un cierto tiempo, casi todo el día, de caminar bajo un sol (en buena hora salió) inclemente. Mis fluídos corporales no tenían nada que envidiarle a los de los muertos.
Lo que más me sorprendió de mi 'necrotour' fue el valor que se le da a nuestros seres queridos una vez que murieron. En Perú al muerto se le respeta. Bueno al cuerpo en realidad porque después de que se muere el difunto (en realidad se vuelve difunto al morir) vienen las viejas disputas de la herencia. Y digo antiguas por que desde antaño con cada muerto una disputa por másleve que sea. Aclaro, cada niño que nace, lo hace con un pan bajo el brazo. Cade muerto que cae, lo hace con una herencia bajo el cajón.
Hoy descubrí que en Montevideo la mayoría de los muertos (o al menos de los muertos misios) tienen que pagar alquiler. Este alquiler, por cierto, dura unos cuantos años solamente. El promedio de expectoración de su nicho es de 3 años. Después de eso lo sacan sin maletas a la calle.
Aquí es donde conocí un término muy interesante. La reducción. Y es que no contentos con reducirnos siempre en vida (me refiero al sistema) nos quieren reducir también de muertos. Al cuerpo ya en proceso de putrefacción lo sacan nuevamente a la luz del sol. Lo acomodan como sea dentro de una urna. Agregan el fémur de algún vecino cercano para que vaya acompañado. Y de nuevo queda listo para ser visitado.
Pero ahí no termina la travesía. El viaje hacia el más allá tiene una escala adicional. Porque luego de tres años más de viaje ininterrumpido, se interrumpe. Te sacan de la urna y te trasladan al horno. En el crematorio se encuentran tus familiares esperando unas cenizas que no se saben si son del difunto o del lechón que se asó días atrás. Al final del proceso se entregan las cenizas en una bolsita. Como si fueses a comprar medio kilo de pan rallado en la tienda.
Luego los familiares deciden si te hechan en el mar, en un lago, te ponen como adorno en la casa o te fuman (al mismo estilo de Charly García).
Después de esto, sabiendo que aún hay más descripciones de formas de entierros, prefiero que me cremen directamente y mis cenizas las hechen al viento. Eso sí luego no me hechen la culpa de la contaminación ambiental.

3 comentarios:

Gillian dijo...

Podrias habernos evitado el disgusto de leer sobre tus malolientes fluídos corporales...
"se muere el difunto (en realidad se vuelve difunto al morir" BRILLANTE!
"El promedio de expectoración de su nicho es de 3 años" SEGURO Q ES EXPECTORACIÓN?
Texto Bastante cómico, con Ile nos reímos mucho y el comentario es d las dos...Respondeme al blog...
CUL8R

Gillian dijo...

jejeje
ayer escuché que todos estamos un poco locos y que quien no está loco es xq algo tiene mal.....
jejej
nadie me gana!!

Gillian dijo...

mi parte orate?? sorry, pero ni wikipedia sabe q es eso....
tendras q hablarme en español...
y no, no podemos vernos...
podemos seguir hablando así...